Joseph Arnould, agiotaje y Kindleberger
JOSEPH ARNOULD: EL INTERÉS ASEGURABLE, EL STOCKJABBING (AGIOTAJE) Y LA SOUTH SEA BUBBLE
Sir Joseph Arnould (1813-1866) fue un juez, (sirvió muchos años en el Tribunal Supremo de Bombay) y escritor inglés, amigo del poeta Robert Browning. Escribió un “Treatise on Marine Insurance Law and Average”, (Tratado sobre el Derecho de seguro marítimo y la avería), que conocí por ser citado en la Bibliografía correspondiente al Capítulo XXXIV del Curso de Derecho Mercantil, Vol II, página 473, de Joaquín Garrigues. En las páginas de ese tratado figuran estas bellas palabras:
“The very chiefest of these comprise that assumption already described as the one fixed point among the unstable, ever-shifting and uncontrollable elements with which the contract deals. The winds and the waves are not under the hand of man; Yet their ordinary strength may be calculated; their usual mood and shiphty varieties may be humoured. The ship may be made strong enough to contend”
Que se puede traducir como:
“La más principal de éstas (condiciones de navegabilidad) comprende la asunción del ya descrito como ser un punto fijo entre lo inestable, siempre cambiante e incontrolables elementos con los que trata el contrato, Los vientos y las olas no están bajo el dominio del hombre; aún así su fuerza ordinaria puede ser controlada; su humor y su cambiante variedad pueden ser acomodados. El barco puede ser hecho suficientemente fuerte como para enfrentarse a ellas (...)”
Un poco antes, al principio del Chapter One cuando habla del “Insurable interest” (Interés asegurable) señala que en la naturaleza esencial de este contrato es un contrato de indemnidad Con esto por objeto parece haber sido originado por la tempranas necesidades y ventajas del comercio moderno y por eso está rigurosamente construido por los Tribunales de Justicia cualquiera que sea el uso y el propósito para el que ha sido moldeado. El legislador británico ha sido especialmente vigilante proveyendo que no será manipulado para servir a los intereses del especulador
De aquí que un interés asegurable de apreciable valor comercial esté en la misma esencia del derecho a recuperar en virtud de este contrato. En ausencia de éste el demandante no está damnificado, aunque haya habido una pérdida total y carece de cualquier acción frente al asegurador.
La ley no define el concepto de interés asegurable, pero volviendo a Garrigues (Curso de Derecho Mercantil Vol II, p 297), lo considera el objeto propio del seguro contra daños y lo define como la relación jurídica que une a una persona con una cosa (propietario, arrendador, acreedor hipotecario o pignoraticio, usufructuario, nudo propietario,..). Cabe que sobre una misma cosa se concierte más de un seguro, pues es factible la existencia de más de un interés asegurable sobre una misma cosa (el del propietario y el arrendador, el del propietario y el acreedor hipotecario, etc)
Por eso, la ley prohíbía la utilización del contrato de seguro como medio para la especulación o la apuesta sobre la suerte del viaje, como un caso de inexistencia de interés asegurable, o por su término en inglés stockjabbing o agiotaje, práctica que la Ley reprimía desde las especulaciones que dieron lugar a la South Sea Buuble Act de 1707.
El término Stocckjabbing se puede traducir como “agiotaje”.
Según el Diccionario de la Real Academia en Internet https://dle.rae.es/agiotaje#15FtHhg la tercera acepción del vocablo significa “Econ. Especulación abusiva hecha sobre seguro, con perjuicio de tercero”
La South Sea Bubble o burbuja de los Mares del Sur fue una Crisis ocurrida en Gran Bretaña durante el Siglo XVIII provocada por la especulación general de todo el público británico con las acciones de la Compañía de los Mares del Sur que ostentaba el Monopolio del comercio con las Indias británica y sus colonias y que llegó a hacer peligrar el del Banco de Inglaterra sobre la emisión de billetes.
Como una de las medida de reacción del legislador inglés frente a la crisis dictó figura la que se prohibía la creación de nuevas sociedades anónimas sin el permiso de la Corona, la prohibición de la utilización del seguro como medio de especulación y la declaración de nulidad de todo contrato que lo incumplirse.
A la South Sea Bubble le dedica unas pocas páginas Kindleberger, en su “Historia Financiera de Europa” y en “Manías, Pánicos y Cracks”, calificado por el Financial Times como el mejor libro de finanzas de la Historia, (que en mi modesta opinión debería ir más bien al primero que al segundo) y una monografía de Carswell, que aparece en la Bibliografía,sobre la Burbuja de los Mares del Sur.
En Historia Financiera de Europa afirma:
“He escrito un libro sobre este asunto, aunque empieza, sin embargo, solo con el caso de la South Sea Bubble y de la Missisipi Bubble. El estudio que hago ahora puede hacer las veces de un resumen sobre las diferentes observaciones apuntadas en las páginas anteriores, sin ninguna intención de especular sobre el misterio de por qué las crisis financieras durante los últimos 400 años, más o menos, han venido a presentarse en intervalos de aproximadamente diez años.
En las crisis financieras se presentan una serie de incógnitas importantes y estrechamente relacionadas acerca de las finanzas. ¿Son estables o inestables los mercados de dinero y los de crédito? ¿Son monetarias las causas de la crisis? (...)
Y más adelante, retrata a la perfección la permanente motivación del hombre en las crisis financieras
“ puede que cada individuo actúe racionalmente, con la esperanza de vender antes del derrumbe, pero la falacia de la agregación garantiza que no todos pueden hacerlo así. Los dos grupos de especuladores son como los que empiezan y los que terminan el juego de la pirámide: algunos ganan; en conjunto todos pierden aunque sea el papel, la tinta, el franqueo, el esfuerzo realizado, que tal vez sea compensado hasta cierto punto por la distracción conseguida, y el menos escrupuloso que se encuentra entre el despierto especulador habitual y el menos atento especulador ocasional se ve sometido a pruebas de orden moral cuyos resultados negativos han generado una rica variedad de metáforas. “
No se puede expresar mejor en menos palabras los universales de las burbujas especulativas.
muy bueno.Mejor que el anterior
ResponderEliminarInteresante
ResponderEliminarGracias
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